9 de diciembre de 2014

Cómo organizar las mesas de los invitados

Cuando planificas una boda estás tomando decisiones todo el tiempo: la fecha, el lugar de la ceremonia, el restaurante, las invitaciones, las flores, el vestido... Te conviertes en una experta en el arte de decidir. En algunos casos lo tienes muy claro, pero en otros tienes que pensarlo mejor. La organización de las mesas del banquete es una de esas cosas que requieren tomarse más tiempo, hacerlo sin prisas para llegar a la solución ideal.

Lo primero es tener claro qué tipo de boda vais a celebrar. Si lo vuestro es una celebración informal con pocos invitados y queréis que los asistentes decidan el asiento por sí mismos, podéis olvidaros del plan de mesa. Si vais a celebrar una boda tradicional, el plan de mesa es indispensable.

Necesitáis saber 2 cosas antes de sentaros a organizar: quiénes asistirán a la boda y los tipos de mesa que podéis usar (redondas, rectangulares, de 12 comensales, de 20...). Es una buena idea dejarse aconsejar por el restaurante, al fin y al cabo son especialistas en realizar banquetes y conocen a la perfección el espacio del que disponen. Os resultará muy útil que os faciliten información del salón con la distribución de las mesas (un boceto a mano alzada será suficiente).



Con esta información clara ya podéis poneros manos a la obra. Conseguid un papel bien grande y dibujad ahí la sala con sus mesas. Después coged la lista de invitados y separadlos por grupos: compañeros de trabajo, amigos de la universidad, familiares... Cuando ya tengáis los grupos definidos, intentad colocar a cada uno en una o varias mesas. Seguramente os quedarán asientos libres y personas sin colocar que no sabéis dónde sentar. Ahora toca echarle un poco de imaginación; ver qué grupos han quedado sin cuadrar y reajustarlos. Podéis dividirlos y mezclarlos con otros grupos de forma que en todas las mesas haya personas que se conozcan. Por ejemplo, podríais poner una mesa con 6 compañeros de la universidad y 6 vecinos intentando que tengan cosas en común para que la conversación fluya. Si tenéis que colocar a dos personas en una mesa en la que no conocen a nadie más, lo mejor es tratar de buscar a alguien sociable que se desenvuelva bien en estos casos. Poco a poco veréis como todo va encajando. Os resultará muy útil usar postits con los nombres de los invitados e ir moviéndolos sobre el plano. Existe una aplicación informática llamada Top Table Planner para hacer lo mismo en el ordenador.

Respecto a la ubicación de las mesas, las de la gente joven han de ir cerca de la pista de baile y las de los más mayores en el otro extremo. En el caso de que haya que retirar mesas para dejar espacio para bailar, estas serán las de los jóvenes.

Ya sólo os queda decidir cómo os sentáis vosotros y vuestro padres, las opciones son hacerlo de forma que quedéis mirando hacia el resto de los invitados o bien sentaros unos frente a los otros.

No dejéis que el plan de mesa pueda con vosotros. Habéis sobrevivido al resto de decisiones y también saldréis triunfantes de esta. Daos tiempo para decidir y daréis con la mejor solución. ¡Veréis como todo el mundo acaba pasándolo en grande!

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